Dr. Esteban Muñoz Sáez, especialista en medicina interna, Agrupación de Médicos de Clínica INDISA (AMCI): 

El médico internista comenta que esta ancestral bebida es un estimulante natural y aumenta la capacidad de atención. También tiene un efecto antioxidante, contribuye al cuidado del hígado y podría prevenir el cáncer de endometrio, así como la demencia y el deterioro cognitivo. Lo importante es privilegiar el consumo de café de calidad y no exceder su consumo recomendado.

Contrario a muchos mitos que ubican al café como una bebida riesgosa para la salud, el Dr. Esteban Muñoz Sáez, Especialista en Medicina Interna y miembro de la Agrupación de Médicos de Clínica INDISA (AMCI), explica que el café posee una serie de propiedades que, siendo consumida en forma moderada, son beneficiosas para nuestra salud.

 

“La cafeína como tal es un estimulante natural, aumenta la capacidad de atención. Esto debido a que bloquea receptores de adenosina en el cerebro que conducen a la liberación de los neurotransmisores dopamina y noradrenalina”, explica el especialista. El café es además una buena fuente de antioxidantes, lo que permite disminuir el daño celular y el estrés oxidativo que se presenta en muchas enfermedades crónicas. Y adicionalmente, tiene un efecto diurético suave, el cual puede incrementar según varíe el volumen de ingesta.

Muñoz Sáez asegura que, de calificarlo, el café es un producto beneficioso para el organismo. “El consumo moderado podría reducir el riesgo de demencia y deterioro cognitivo, incluso podría mejorar la memoria y concentración. Existe evidencia de que la cafeína constituye un factor neuroprotector, ya que disminuiría el riesgo de diagnóstico y progresión de la enfermedad de Parkinson”, sostiene.

En cuanto a otros efectos beneficioso de salud, el especialista señala que se ha visto una disminución en el desarrollo de cirrosis hepática y cáncer hepático en aquellos pacientes que lo consumen a diario. Y pese a que no hay una evidencia clínica robusta, también tendría un efecto protector en el desarrollo de cáncer de endometrio.

Por otra parte, es importante resaltar que existe evidencia de que el consumo excesivo de café en pacientes hipertensos severos está asociado a un aumento del riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, esto no se reflejó en los pacientes sin hipertensión o con hipertensión arterial grado 1 .

En relación a cuál es la ingesta recomendada, el Dr. Esteban Muñoz Sáez señala que la dosis máxima recomendada por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos es de hasta 400 mg. al día (aprox 4 tazas). Sin embargo, esto es variable ya que hay personas que dependiendo de su edad, peso u otros factores, pueden ser más sensibles a la cafeína. “A destacar, aquellas personas que consumen grandes cantidades de café, pueden presentar síntomas de abstinencia si suspenden en forma brusca su consumo: cefalea (dolor de cabeza), fatiga y ánimo depresivo”, advierte el médico.

En relación a la edad recomendada para el consumo de cafeína, Muñoz Sáez precisa que “existen distintos tipos de recomendaciones. La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda que los niños menores de 12 años derechamente no lo consuman, mientras que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) señala que hasta 3 mg por kilo de peso corporal para niños no reviste preocupación. Ahora bien, falta mayor evidencia para saber los efectos a largo plazo del consumo temprano del café”.

Consultado por cuál es su preferencia, el médico comenta que, en su opinión, el café debe ser grano (molido o por moler). En este sentido, recomienda ver algunos de los muchos videos en internet que muestran las grandes diferencias en color, textura y sabor entre un liofilizado y un grano molido. Respecto a los granos refiere que también hay diferencias. El grano de café “robusta” tiende a tener más cafeína que el grano “arábico”, casi el doble. Por ello tiende a tener un sabor más amargo y fuerte, se siente más terroso y con cuerpo más denso. La acidez está más marcada en el café arábico, así como también tiene una mayor diversidad de sabores y aromas. Otros factores que también inciden en el sabor de un buen café es el grado de tostado del grano, la temperatura del agua, entre otros.

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