El Colegio Médico de Chile, en conjunto con la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía, SONEPSYN, realizó una publicación con estrategias y medidas a considerar para el personal sanitario, el cual le invitamos a revisar a continuación, pensando en su bienestar, el de sus colegas y equipos de salud a cargo.
DESAFÍOS DEL PERSONAL SANITARIO FRENTE Al COVID – 19
● Aumento de la demanda de atención, al mismo tiempo que un mayor personal sanitario estará enfermo o cuidando a la familia.
● Riesgo continuo de infección y de transmitirlo a familiares, amigos y otras personas en el trabajo.
● Equipos Insuficientes e incómodos: Lo que limita la movilidad y la comunicación y la seguridad que produce puede ser incierta.
● Brindar apoyo y atención médica: La angustia del paciente y su familia puede ser cada vez más difícil de manejar
● Estigma Social: Pueden percibir que su familia o su comunidad no quiere tenerlos cerca debido al riesgo, al estigma o al temor.
● Estrés psicológico: Ayudar a quienes lo necesitan puede ser gratificante, pero también difícil, ya que pueden experimentar miedo, pena, frustración, culpa, insomnio y agotamiento.
● Dilemas éticos y morales: Al momento de verse obligado a tomar decisiones complejas, en un breve tiempo, debido a la falta de medios, la sobrecarga y la propia evolución incierta de los pacientes.
ESTRATEGIAS PARA MANTENER EL BIENESTAR DEL PERSONAL SANITARIO FRENTE A ESTE BROTE DE COVID – 19
● Tenga presente sus necesidades básicas: Asegúrese de comer, hidratarse y dormir regularmente. Si esto está en desbalance, biológicamente lo pone en riesgo, y también puede comprometer su capacidad para atender a los pacientes. Trate de no adoptar estrategias de respuesta inadecuadas como el consumo de tabaco, alcohol u otras drogas.
– El abuso de benzodiacepinas provoca disminución de respuestas cognitivas, problemas de memoria y dependencia
– Los estimulantes como el modafinilo, armodafinilo, pueden aumentar los síntomas ansiosos, palpitaciones, dolor torácico, cambios isquémicos en el ECG, disnea, insomnio.
● Tomar descansos: En sus periodos no asistenciales permítase hacer algo no relacionado con el trabajo que encuentre reconfortante, divertido o relajante: escuchar música, leer un libro, alguna manualidad o hablar con un amigo. Algunas personas pueden sentirse culpables si no están trabajando a tiempo completo, o si se están tomando el tiempo para divertirse, cuando tantos otros están sufriendo.
● Use estrategias para liberar el estrés: yoga, meditación, ejercicio, mindfulness (https:// medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000874.htm).
● Conéctese con sus colegas: Hable con sus colegas y apóyense mutuamente. Los brotes infecciosos pueden aislar a las personas con miedo y ansiedad. Cuenta tu historia y escucha a los demás.
● Póngase en contacto con la familia: Son un ancla de apoyo fuera del sistema de salud. Compartir y mantenerse conectado puede ayudarlos a estar mejor.
● Respeta las diferencias: Algunas personas necesitan hablar mientras que otras necesitan estar solas. Reconozca y respete estas diferencias en usted, sus pacientes y sus colegas.
● Manténgase actualizado: Busque fuentes confiables de información.
● Automonitoreo: Es importante detenernos e identificar nuestras emociones, pensamientos y sensaciones corporales ante una situación de sobrecarga sostenida para poder resolverlas y pedir ayuda si fuese necesario.
● Esté atento a la aparición de síntomas importantes de salud mental. Si uno, o más de los siguientes puntos se presentan, consulte con un profesional del área:
– Insomnio con disminución importante del tiempo total de sueño: Si usted no descansa adecuadamente, se verá afectada su atención y capacidad de respuesta ante las labores asistenciales.
– Ideas catastróficas inmanejables, miedo que provoca angustia importante impidiendo desempeñar mis funciones asistenciales.
– Crisis de pánico con opresión torácica, dificultad respiratoria, temblor, sudoración, sensación de muerte inminente.
– Pérdida importante del goce o disfrute de actividades, aun estando fuera de sus actividades asistenciales, desesperanza.
– Si los síntomas juegan en contra del autocuidado o del cuidado de los otros, por ejemplo, que no le importe contagiarse o contagiar a otros.
– Ganas de morir, de agredirse o de agredir a otros.
RECOMENDACIONES Para jefaturas – líderes de equipos – directores de establecimientos de salud para el cuidado de la salud mental del personal a su cargo durante el brote de COVID-19
El rol de los líderes de equipos y jefaturas es clave en promover cuidados para los equipos de salud que atienden la pandemia por COVID-19, no sólo en la prevención de contagio, sino también en los buenos tratos laborales y el cuidado de salud mental de su personal. Lo anterior ayudará a que los líderes puedan cumplir mejor sus funciones. Algunas recomendaciones para el cuidado de la salud mental de los equipos son:
- Conocer a los miembros del equipo: estar disponible para atender las dificultades que pueda presentar cada uno individualmente en el transcurso de la crisis.
- Promover instancias que permitan al equipo dialogar con la autoridad. Permitir la retroalimentación y conocer el estado real de lo que pasa, idealmente bajo modalidad no presencial.
- Dar información clara al equipo. No entregar información que no esté comprobada o sea contradictoria. Verificar con los integrantes la adecuada comprensión de la información.
- Coordinar primero la información entre las autoridades, antes de comunicarla al resto del equipo. Evitar contradicciones o contra órdenes, esto puede generar inseguridad y confusión en el equipo y falta de credibilidad hacia los líderes.
- Mostrar preocupación activa por garantizar las condiciones básicas laborales de su equipo (esto influirá directamente en la salud mental de su equipo de salud):
– Cuente con al menos un espacio donde su personal pueda comer y descansar adecuadamente.
– Inicie, promueva y compruebe los descansos en el trabajo
– Asegúrese de brindar tiempo para que los colegas se den apoyo social entre ellos, si es recomendable, de manera virtual.
– Promover que el propio equipo proponga acciones que ayuden con su autocuidado.
– Mantener la humanidad en el equipo: recordar cumpleaños, acompañar en situaciones dolorosas (a veces basta una palabra de aliento, pero que al ser personalizada le entrega el reconocimiento y la valía al funcionario)
– Establezca horarios flexibles para los trabajadores que estén directamente afectados, o que tengan familiares afectados.
– Haga que el personal rote entre las funciones que crean un nivel alto de estrés y las que causan menos estrés
– Haga que los trabajadores sin experiencia trabajen de cerca con sus colegas más experimentados
– Recuerde reconocer el buen desempeño y hacer sentir a su equipo valorado y respetado.
- Capacitar al equipo de primer nivel de respuesta (médicos, enfermeras, conductores de ambulancias, trabajadores de los sitios de cuarentena, etc.) en primeros auxilios psicológicos (PAP) para facilitar el apoyo emocional y práctico básico a las personas afectadas.
- Promover la incorporación de los cuidados de salud mental y no sólo física de los pacientes sospechosos o confirmados de COVID19. Dar énfasis en identificar y gestionar las necesidades urgentes de salud mental y neurológica (por ejemplo, confusión, psicosis, ansiedad grave o depresión) en los establecimientos de atención de emergencia o atención de salud general.
- Monitorizar el estado de salud mental de los integrantes del equipo:
a. Promover la consulta temprana y la prescripción supervisada de psicofármacos (ej, evitar la autoprescripción de benzodiacepinas u otros)
b. Asegúrese de que puedan mantener regularmente sus tratamientos médicos, psiquiátricos o neurológicos, por ejemplo, permitiendo que tengan tiempo para asistir a sus controles.
* Adaptado desde el documento “Consideraciones psicosociales y de salud mental durante el brote de COVID-19” (OPS, marzo 2020)
FUENTE: Colegio Médico de Chile.